Hasta ahora, la única manera de reproducir la boca del paciente era tomando unos moldes de silicona o alginato los cuales causan cierta incomodidad a los pacientes provocando nauseas, miedo a ingerir algún resto y aumento de salivación. Este método resultaba imperfecto y en determinadas ocasiones había que repetirlo varias veces.
Gracias a los procedimientos de digitalización disponemos en la actualidad de los escáneres intraorales que permiten a través de muchas fotografías tomar los registros del paciente de una manera rápida, cómoda y más precisa aportando por ello mayor eficacia al tratamiento.